Snegúrochka nació en tiempos remotos, en el reino mítico del zar Berendéi, fruto de la unión entre Belleza de la Primavera y Abuelo Helado. El destino de Snegúrochka, a quien sus padres protegen de la envidia del dios del Sol, Yarilo (que juró calentar su corazón cuando ella se hiciese mayor y se enamorase), es confiado a un duendecillo del bosque.
Diez años después de su estreno, Rimski‑Kórsakov escribió: “Todo aquel que no adore La doncella de nieve no entiende nada de mis obras ni de mí mismo”. La doncella de nieve, obra maestra de la literatura eslava popular, lleva al escenario una fantasía mágica de amor y renovación mítica.
Aida Garifullina interpreta el papel de Snegúrochka, mientras que la producción y la dirección musical están dejado en buenas manos, las de otros dos artistas rusos: el joven director de orquesta Mikhail Tatarnikov y el director escénico Dmitri Tcherniakov.
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